jueves, 28 de octubre de 2010

CAMBIOS DE LA VIDA

Tenía yo 16 años, cursaba el penúltimo año de secundaria y lo peor que podía

sucederme sucedió. Mis padres decidieron que la familia se mudaba de Texas a

Arizona. Tenía dos semanas para arreglar todos “mis asuntos” y mudarme antes de que

empezara la escuela. Debía dejar mi primer trabajo, mi novio y a mi mejor amiga, y

tratar de empezar una nueva vida. Detestaba a mis padres por arruinarme la vida.

A todo el mundo le dije que no quería vivir en Arizona y que regresaría a Texas en

la primera oportunidad. Cuando llegue a Arizona, me asegure que todo el mundo sepa

que tenía un novio y una mejor amiga esperándome en Texas. Estaba determinada a

guardar mi distancia de todos; de cualquier modo me iría pronto.

Llego el primer día de clases y me sentí muy desdichada. Solo podía pensar en mis

amigos de Texas y en lo mucho que deseaba estar con ellos. Durante una temporada

sentí que mi vida no tenía sentido. Sin embargo, con el tiempo las cosas mejoraron

un poco.

Fue durante el segundo periodo de clase de contabilidad cuando lo vi por primera

vez. Era alto, pulcro y bien parecido. Nunca había yo unos ojos azules tan hermosos

como los suyos. Estaba sentado a solo tres lugares de mi en la primera hilera de la

clase. Como consideraba que no tenía nada que perder, decidí hablarle.

-Hola mi nombre es Sheila, ¿y el tuyo?- pregunte con acento tejano.

El muchacho que estaba junto pensó que me dirigía a él.

-Mike-

-Ah, hola Mike- le respondí sonriente.

-¿Cómo te llamas?- pregunte de nuevo, dirigiendo mi atención al muchacho de ojos azules.

Miro asía atrás, no creía que le estuviera preguntando yo a él su nombre.

-Chris- respondió impasible

-Hola Chris- sonreí y me puse a trabajar.


Chris y yo nos hicimos amigos. Nos gustaba platicar en clase. Chris era caballista y

yo era de la banda de la escuela; en secundaria la presión de los compañeros

demandaba que no se mezclaran socialmente los dos grupos.

Nuestros caminos se cruzaban de cuando en cuando en nuestras ocupaciones escolares;

pero en general nuestra amistad se limitaba a las cuatro paredes del salón de

contabilidad. Chris se graduó ese año y por algún tiempo se separaron nuestros

caminos. Después, un día llego a verme a la tienda de la plaza comercial donde

trabajaba. Me dio mucho gusto verlo. Tomo la costumbre visitarme en mis descansos y

reanudamos nuestras charlas. La presión de sus compañeros caballistas había

disminuido y nos hicimos muy buenos amigos. Mi relación con mi novio de Texas ya no

me parecía tan importante. Sentía que mi relación con Chris se hacía más solida, que

tomaba el lugar de mi otra relación.

Había pasado un año desde que salí de Texas, y Arizona empezaba a parecer mi hogar.

Chris fue mi acompañante en el baile de gala cuando salí de la secundaria; fuimos

tres parejas juntas: nosotros y dos de sus amigos caballistas con sus respectivas

parejas. La noche de mi baile de gala cambio nuestra relación para siempre: sus

amigos me aceptaron y eso hizo que Chris se sintiera mejor. Finalmente nuestra

relación fue abierta.

Chris fue una persona muy importante para mi durante esa época tan difícil de mi

vida. Con el tiempo, de nuestra relación surgió un amor muy fuerte, ahora comprendo

que mis padres no mudaron a la familia a Arizona para lastimarme, aunque en aquellos

momentos eso sentí. Ahora creo firmemente que todo sucede por alguna razón pues si

no me hubiera mudado a Arizona, jamás habría conocido al hombre mis sueños.


Sheila K. Reyman


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les gusta es una historia muy bonita y con un signidicado muy grande disfrutenla

P.D comenten pliss...

Angie

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